Siempre se nos ha dicho que antes de comenzar un esfuerzo o un entrenamiento, hay que hacer un pequeño calentamiento para activar el cuerpo y no empezar de manera repentina.
Lo podemos ver en los profesionales, como antes de una carrera están pedaleando sobre la bici aun sabiendo que por delante tienen más de 5 horas de carrera. Otro ejemplo lo podemos apreciar en los calentamientos antes de una contrarreloj, como se esfuerzan sobre el rodillo a intensidades elevadas y les vemos sudar antes de que comience la prueba.
Todo esto se hace porque detrás, hay una explicación fisiológica como vamos a ver más adelante. Hay muchos y variados tipos de calentamiento pero la teoría básicamente se puede resumir en que cuanta más corta o explosiva vaya a ser la competición, mayor importancia va a cobrar el calentamiento.
Déficit de oxígeno: Cuando se comienza un ejercicio de tipo aeróbico de cierta intensidad, la mayoría de las veces no existe suficiente disponibilidad de energía para abastecerlo. Por este motivo, cuando empezamos a realizar cualquier tipo de actividad física se “rompe” el equilibrio en el que se encuentra nuestro sistema cardiorrespiratorio en estado de reposo.
Esto se traduce en que nuestro sistema es incapaz de cubrir inmediatamente las nuevas necesidades metabólicas de la musculatura, desencadenando en el cuerpo una sensación temporal de asfixia o agotamiento. Sin embargo, mientras la intensidad del ejercicio no sea excesiva y se mantenga constante, esta sensación irá desapareciendo paulatinamente hasta adquirir un estado estable.
Existen una serie de razones que justifican este fenómeno:
Durante los primeros minutos de un ejercicio intenso, la cantidad de oxígeno que se consume es más baja que la requerida por el propio ejercicio para poder producir la cantidad necesaria de ATP (el ATP es la molécula que interviene en todas las transacciones de energía que se llevan a cabo en las células, siendo un compuesto imprescindible para que se lleve a cabo la contracción muscular).
Cuanto más intenso es el ejercicio en relación con el VO2máx (máxima capacidad de oxígeno que es capaz de consumir el individuo) del deportista, mayor es el déficit de oxígeno. Cuanto mayor es este déficit de oxígeno, más importancia cobran las vías anaeróbicas de producción de energía.
Se acumula un déficit de oxígeno adicional cada vez que se aumenta súbitamente el gasto energético: sprint final, cambios de ritmo, etc.
Por la lenta adaptación de los sistemas de transporte de oxígeno, este fenómeno está condicionado por el retraso en los ajustes realizados por los sistemas respiratorio y circulatorio. Se precisan unos pocos minutos para que estos sistemas puedan absorber y transportar el oxígeno adicional que demandan las necesidades energéticas aeróbicas de los músculos que entran en acción.
Para evitar dentro de lo posible este déficit de oxígeno (más allá del entrenamiento), un calentamiento adecuado va a acelerar los procesos de transporte de oxígeno procedente de la respiración.
Otro concepto fisiológico muy relacionado con lo visto anteriormente, es la deuda de oxígeno y que guarda relación con los procesos de recuperación.
Deuda de oxígeno: Cuando se origina un ejercicio de cierta intensidad, se crea una hiperventilación como consecuencia de las mayores necesidades de oxígeno. Una vez finalizado dicho ejercicio, no se interrumpe inmediatamente el jadeo, sino que el individuo sigue respirando con más profundidad y frecuencia que en su estado de reposo. Este efecto lo causa la necesidad de abastecer una cantidad adicional de oxígeno, necesario para la vuelta al estado de reposo. A esta cantidad adicional de oxígeno que se debe restituir se la conoce como "deuda de oxígeno", y empieza a "pagarse" justo al acabar el ejercicio. Este fenómeno se define como "el oxígeno utilizado durante el periodo de recuperación de un ejercicio, el cual constituye un exceso del basal".
La deuda de oxígeno está íntimamente relacionada con los procesos de recuperación ante ejercicios aeróbicos. Ésta es una de las razones por las cuales los deportistas bien entrenados en resistencia aeróbica acumulan menos deuda de oxígeno ante esfuerzos similares que otros menos entrenados. Pero además, sucede que los primeros son capaces de tolerar deudas de oxígeno muy superiores a los segundos y de "pagar" esa deuda en menor tiempo debido a los siguientes motivos:
En relación con el rendimiento deportivo, existe una menor deuda de oxígeno ante una misma intensidad y duración del ejercicio sobre una persona menos entrenada y hay también, una mayor capacidad para mantener la deuda, tanto en cantidad como en duración.
En relación con la capacidad de entrenamiento de resistencia: se requiere menos tiempo para volver al equilibrio (pago de la deuda), lo que permite al deportista reanudar antes el esfuerzo y realizarlo mayor número de veces o, lo que es lo mismo, puede entrenar más y mejor.
Alberto Carabantes
Preparador físico en EntrenamientoCiclismo
Técnico Rendimiento RFEC
Referencias:
García-Verdugo, M. (2007). Resistencia y entrenamiento: una metodología práctica. Paidotribo.
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